Una guía que nació con olor a caucho... y terminó oliendo a trufa


¿Sabías que la Guía Michelin, ese prestigioso sello gastronómico que hace brillar a los mejores restaurantes del mundo, nació en 1900 gracias a... ¡una fábrica de neumáticos?

Sí, como lo leés. Los hermanos André y Édouard Michelin, fundadores de la marca de neumáticos Michelin, crearon una pequeña guía roja para ayudar a los automovilistas franceses a planificar sus viajes. Incluía desde cómo cambiar una rueda hasta dónde dormir y comer durante la ruta. ¿El objetivo oculto? Que la gente usara más el auto... y desgastara más neumáticos. Marketing de avanzada, sin dudas.

Con el tiempo, las secciones dedicadas a restaurantes y hoteles comenzaron a ganar protagonismo, hasta que en 1926 se introdujo por primera vez la famosa estrella Michelin. En 1931, el sistema se completó con la jerarquía de una, dos o tres estrellas, que hoy es símbolo de excelencia en la alta cocina internacional.

La Guía Michelin se expandió a lo largo del siglo XX y hoy es una autoridad mundial en gastronomía, presente en ciudades como París, Tokio, Nueva York... ¡y desde 2024, también en Mendoza, Argentina! 🎉

Una historia deliciosa que comenzó con caucho y terminó entre copas de vino y platos de autor.