Mendoza es un paraíso para los amantes del vino, y dentro de sus zonas vitivinícolas más destacadas, Luján de Cuyo y Maipú se erigen como dos destinos imperdibles. Separadas por apenas unos kilómetros y fácilmente accesibles desde la ciudad, estas regiones pueden visitarse en un mismo día, permitiendo a los turistas disfrutar de la cuna del Malbec y de bodegas con una historia y tradición únicas.
Luján de Cuyo: la tierra del Malbec
Ubicada al suroeste de la ciudad de Mendoza, Luján de Cuyo es reconocida por su terroir excepcional, con viñedos que se encuentran entre los 800 y 1.100 metros sobre el nivel del mar. Aquí nacen algunos de los Malbec más prestigiosos del mundo, con bodegas emblemáticas como Catena Zapata, Achával-Ferrer, Kaiken, Lagarde y Vistalba. Además de las visitas guiadas y degustaciones, la zona ofrece restaurantes de primer nivel donde se pueden maridar los vinos con gastronomía local.
Maipú: tradición e historia en cada copa
A pocos minutos de la capital mendocina, Maipú es el hogar de algunas de las bodegas más antiguas de Argentina, donde el legado vitivinícola se transmite de generación en generación. Entre las bodegas más destacadas se encuentran Trapiche, Bodega López, Domaine St Diego y El Enemigo, ofreciendo experiencias que combinan historia, cultura y sabores inolvidables.
Un recorrido sin preocupaciones: la clave del éxito
Para aprovechar al máximo el enoturismo en Luján de Cuyo y Maipú, la mejor opción es contratar a un operador turístico especializado. Esto permite optimizar tiempos, garantizar las reservas en bodegas –muchas de las cuales tienen cupos limitados– y disfrutar de los vinos sin preocuparse por la conducción. Servicios como Mendoza Wineries Tour ( https://www.viator.com/tours/Mendoza/LUJAN-DE-CUYO-Wineries-Private-Driver/d931-199477P3) ofrecen experiencias personalizadas con traslados privados y planificación integral de la jornada.
Recorrer estas dos regiones en un solo día es posible con una organización adecuada. Desde visitas a bodegas boutique hasta almuerzos con maridajes exclusivos, Luján de Cuyo y Maipú son el reflejo del alma vitivinícola mendocina y una experiencia imprescindible para quienes visitan la tierra del sol y del buen vino.